Por los fenómenos de mitomania y fanatismo que se presentan en las organizaciones espirituales, místicas y religiosas, es importante aclarar el concepto de Venerable, distinción que se le hace a personas que ocupan ciertas posiciones de dignidad. Venerable expresa respeto.
Dimensionar la palabra Venerable en su correcta significación, infiere una vivencia de una virtud y una posición de dignidad en las organizaciones.
Los verdaderos Maestros no buscan comités de aplausos, séquito de seguidores y grupos de adoración.
El problema surge cuando la veneración se convierte en culto, y del culto se pasa a la adoración, representando en el maestro la santidad y la divinidad.
En esta cadena de relaciones se generan varios fenómenos:
- Al Maestro se le juzga como persona desde las cualidades y virtudes divinas. Cuando actúa diferente a éstas cualidades se genera como consecuencia desilusión y muchos otros fenómenos perjudiciales para las organizaciones como para el proceso espiritual de las personas.
- Se posiciona el referente de decisión externo(Otra personas) como mayor o superior al referente de decisión interno(Nosotros mismos). Es decir, las decisiones mas importantes de nuestra vida las terminan tomando otras personas.
- Como se convierten en una representación de la divinidad, las personas les otorgan poder para decidir sobre su propia vida, y darle significado a los acontecimientos, coartando su autonomía psíquica y por lo tanto su libertad. Es evidente que una de las mayores libertades que tenemos es precisamente, la flexibilidad para escoger los significados que maás nos convengan, que nos hagan más felices y nos otorgen mayor libertad (física, psiquica y mental).
Por lo anterior, es importante dimensionar correctamente el concepto de venerable, y considerar como máxima autoridad al propio Verdadero Maestro, que es el Maestro Interno: El Íntimo.
Algunos lo llamarán la conciencia interior, pero podemos definirlo como esa parte de Dios que esta en cada persona, esa Llama Divina que yace en el corazón.
El íntimo no es la mente, ni es el subconsciente. El íntimo es una parte de Dios en nosotros que nos conecta con esa gran inteligencia divina y superior que está más alla del tiempo y del espacio.
Conectarnos con el Íntimo EXIGE un progresivo trabajo con los ESTADOS DE CONCIENCIA y definitivamente está orientado al DESPERTAR.
Las grandes preguntas las podemos consultar al íntimo, porque Él tiene todas nuestras respuestas.
Despertar Conciencia es una tarea indelegable que no tiene atajos, requiere Voluntad
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